Historias del Dakar - Los ojos de la competencia: Camarografos y TV
Forman parte del dispositivo televisivo que capta las imágenes del Dakar, pero ellos tienen un papel aparte: son autónomos. En realidad, no trabajan fuera del dispositivo, sino que, actuando de forma totalmente independiente, los pilotos y camarógrafos de los cinco coches de televisión viven su Dakar particular, casi una aventura, con 15 días de autonomía prácticamente absoluta. Es la única forma de ofrecer al mundo entero imágenes impactantes e historias conmovedoras desde el corazón mismo de la carrera.
Cuando nos encontramos por la mañana el día de descanso en Salta, todo surgió en un instante al pedirles que nos contaran su función en el Dakar. “Bueno, pero rápido, ¿eh? Tuviste suerte de vernos, porque ya teníamos que haber salido”, responde en primer lugar Eric Falaizeau, con 18 ediciones del Dakar a sus espaldas. “Nuestra reunión ha durado un poco más de lo previsto, así que ya verás como llegamos tarde a la especial de mañana. Por eso no venimos nunca al vivac. Salvo que haya problemas con el coche, ¡se pierde tiempo siempre! Nuestro trabajo consiste en estar en la pista, pero bueno, también estamos obligados a reunirnos con los demás coches en la salida, en la jornada de descanso y en el día de llegada, para repartirnos las zonas que hay que cubrir en cada especial: 2 coches en la primera parte de cada etapa y 2 en la segunda. El resto del tiempo, tenemos autonomía máxima, y eso está muy bien”.
“Es indispensable para nuestra misión”, añade Christophe Trarieux, que con este son ya 12 Dakar en los que ha tomado imágenes. “Estamos para ofrecer imágenes de la carrera en plena especial, así que tenemos que estar ahí antes de que pasen los pilotos. Vista la hora a la que salen, tenemos que estar en el sitio la tarde antes”.
Falaizeau continúa diciendo: “De hecho, un día normal para nosotros es levantarnos en nuestra ‘zona predefinida', encontrar un buen punto, el más bonito o en el que sepamos a ciencia cierta que puede pasar algo, captar las imágenes de la cabeza de carrera de motos, coches y camiones, darle las imágenes al helicóptero y después lanzarnos a la pista en medio de los pilotos para buscar ‘historias' de quienes participan en la categoría de aficionados. Luego continuamos la especial hasta la primera salida posible y vamos hasta la próxima especial para estar en posición al día siguiente. Montamos nuestro propio ‘vivac' para dos con nuestro piloto, ahí a la intemperie, y otra vez en pie a la mañana siguiente”.
Trarieux sonríe y comenta: “La verdad es que, a pesar de que a veces tomamos atajos, somos los únicos en recorrer de cabo a rabo el mismo recorrido que los participantes, así que, aparte de fotógrafos y camarógrafos, tenemos que asumir también el papel de copilotos. Ahí está lo interesante de nuestro trabajo, que hasta corremos nuestro propio Dakar. La complicidad con nuestro piloto es importantísima, porque tampoco es plan de quedarnos encallados en la arena y decir adiós a las imágenes. Además, así sabemos de primera mano lo que viven los participantes, de modo que, en las especiales más difíciles, dejamos la cámara y los ayudamos. Así lo hicimos en la etapa 5 de este año: ¡había tantos motoristas deshidratados que nos convertimos en Tangos [vehículos de asistencia médica de la organización]! Dimos toda el agua que teníamos, hasta las reservas de los 3 días siguientes, y ofrecimos sombra a los que estaban peor metiéndolos en el coche. No había más sombra en ningún sitio”.
La pasión por el Dakar lo impregna todo, la entrevista se prolonga más de lo previsto y seguiríamos escuchándolos con mucho gusto, pero Bolivia y los centenares de kilómetros que aún deben recorrer los esperan, así que somos nosotros quienes les aconsejamos que se marchen. ¿Por qué? Pues porque sin ellos, nadie habría visto una sola imagen de esa etapa histórica.
Fuente: Dakar.com - ASO




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